Cuando la policía se enfrenta a los delincuentes siempre estamos a favor de los primeros, pero creemos que este es el único caso donde sorprendentemente todos coincidiremos que no es tan sencillo decantarse por un lado o el otro, a ver que te parece a tí. Así es, comparar a las esposas de los policías con las de los narcos es una tesitura nada fácil de arreglar y es que en ambos bandos te encuentras auténticos monumentos. Y no solo esposas, también trabajadoras y familiares cercanas que mantienen esta curiosa guerra abierta.
En estos casos podemos ver que no son tan distintas cuando quitas el uniforme. Las de los delincuentes suelen ser mucho más vistosas debido al maquillaje y la ropa cara con la que suelen vestir, pero en contra tienen que no disponen de esa candidez que hace gala las que pertenecen a los cuerpos de seguridad. Además estas últimas tienen siempre esa atracción natural de saber que tienen autoridad, todo jugando con la mente humana que produce que nuestra cabeza vuele.
Qué decir, a nosotros nos es imposible decidirnos. Son estos casos los que producen sentimientos encontrados, aunque como sabemos bien que ninguno de nosotros podrá alcanzar a alguna de ellas no debemos tampoco preocuparnos demasiado.
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